Comienzo un nuevo lunes -putos lunes-, la cafetería está cerca, -pepe pon un café-, me dirijo al trabajo con cierta prisa, observo que todo el mundo camina con la cabeza baja.
El pitido del guardia urbano dirigiendo el trafico es molesto. mira los chiquillos camino del cole.
La verdad me cruzo con caras conocidas cada mañana, son las caras serias de todos los días
¿que irán pensando?, ¡nadie mira al cielo, nadie mira de frente. -Cojones con los perros, ya pise una. Entre esto y las lozas sueltas las aceras son la leche- ¡alcaldesa arregla esto¡ cuando llueve le temo, ya sabes el agua te salta y pantalón jodido.
En este tiempo es agradable la brisa que a estas horas de la mañana te da en la cara, -recuerdo una vez que un señor mayor me contaba una experiencia que me dejo sorprendido, fue en Riopas, -si alguna vez te duelen las muelas te echas agua fría en la cara y no te la seques que te de el aire? la verdad nunca probé el efecto curativo, por suerte, pero el mojarme la cara con agua muy fría de un arroyo, en el campo y experimentar ese frió contundente, son instantes maravillosos, se siente pureza, libertad, -oye probarlo-.
Cojones que faltan 10 minutos para llegar al curro, el chico de cada mañana me da el periódico gratuito, la verdad te enteras en 20 minutos de cosillas, la cantidad de gente que se para a recoger el suyo, no esta mal.
Llego al semáforo y observo los edificios de enfrente, son curiosos nunca me fije en su diseño, oye miraba y cada vez contemplo algún detalle curioso, no me había fijado hasta ahora.
¿ conocemos los edificios de nuestra ciudad ? siempre miramos al suelo, algunos son sorprendente, la verdad los voy a fotografiar y descubrir poco a poco.
Ves ya llego tarde -se me fue el santo al cielo, o las miradas.