martes, 20 de noviembre de 2007

Añoche tuve un sueño


Me encontraba con unos amigos, casas bajitas, encaladas y un silencio sepulcral. Me invitan a realizar un recorrido en bicicleta por la patagonia, ¡fantástico¡ el deseo de mi vida..

Me entregan una bicicleta la mar de extraña sobre todo el manillar muy largo en forma de te, loa bici oxidada y con una estética indescriptible.

Me hago como puedo con ella, pero tengo que apoyarme en una reja para poder regular el manillar imposible controlar aquel artefacto. Regulado continuo detrás de mis amigos, en un momento dado ellos tiene que abandonar la excursión, ya me lo advirtieron, solo quedaría uno, se despiden y entran en un edificio extraño, la puerta y valla perimetral era de troncos de arboles, algo asombroso porque seguían llenos de vida y sorpresa¡¡ era la sede mundial de los bosques. -me sentí mal y triste por su abandono y sentir un dolor y pena algo profunda, como era posible ¡tan solo los conocía un par de días¡ pero me dejaron tal huella que reconozco que sufría con intensidad.

Inmediatamente emprendo de nuevo el recorrido, lo primero que tengo que superar es una cuesta extraordinaria, cuyo fin es una aldea preciosa, casitas de madera y gentes curiosas.

Freno como puedo sorteando a los chiquillos y me agrego a mi compañero de viaje, este me espera en la supuesta casa donde vamos a dormir y descansar esta noche.

Subo a la habitación, una señora amable nos indica donde esta el baño? menudo ¡ la cortina es todo lo que limita la intimidad. Hecho en falta las mochilas, bajo al porche a recogerlas, mientras mi compañero se desahoga en el aseo. Llega la hora de cenar, nos sentamos en una mesa de madera, vieja, muy vieja, dos chiquillos nos trocean el pan a miguitas y las van depositando en los platos, no salgo de mi asombro, pero.... es la costumbre?............. rin ...rin , lo hora. Lo siento

anoche tuve un sueño.

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